19.4.05

Vuelve "The Boss"

Con menos ruido, pero con muchas nueces. Así es el regreso de Bruce Springsteen con «Devils & dust». Bruce sigue siendo un cronista genial de la América que vive en las tripas de la Unión, la que revienta de cerveza los sábados por la noche y que pasa de Hollywood tanto como de Nueva York, la América que llevó de nuevo a Bush a la Casa Blanca y cuya vida, venturas y desventuras, paradójicamente, Bruce perfila magistralmente.

«The rising», su anterior álbum, centrado en la experiencia del 11-S, era un disco poderoso, potente, aunque por momentos grandilocuente y excesivo. Ahora, Bruce ofrece una hora de música marca de la casa, interpretada al natural, con la belleza de lo sencillo, que no de lo simple, como esas camisas tan primorosamente bordadas de los vaqueros de la frontera.

El primer corte y primer single, «Devils and dust» («Diablos y polvo») presenta la voz de Bruce clamando en el desierto contra la guerra de Irak, escoltado por una armónica polvorienta y un verso tomado de uno de los himnos anti-Vietnam de Dylan: «Con Dios de nuestro lado». Después, hasta el final fronterizo de «Matamoros Banks», baladas de fuego de campamento, aunque no para boyscouts, como «Reno» («Doscientos pavos el normal, doscientos cincuenta el griego, dijo y sonrió»), de nuevo bajo la sombra alargada de una armónica quejumbrosa y tórrida y bañada por las lágrimas del pedal steel guitar; historias que recuerdan a Mark Twain y Huckleberry Finn tal que «Black cowboys»; tonadas de forajido de leyenda, «María´s bed» («He estado en el desierto cumpliendo mi pena, he cruzado el valle del amor y de las lágrimas...»). Y tres piezas para figurar en las antologías de Bruce, tres buenos ejemplos de rock and roll efervescente, típico, tópico, con la contundencia elemental de un directo al corazón: «All the way home» («Mi confianza está un poco desgastada, pero si no te apetece estar sola, nena, te puedo acompañar de regreso a casa»); «Long time comin» («Voy cabalgando, con un ramo de rosas en las manos...»); y «All I´m thinkin about», cantada en unos tonos altos inéditos en Springsteen y un estribillo demoledor, como un mantra rockero: «Sólo pienso en ti, no hay nada que lo pueda evitar».

Mientras haya inspiración y fe, hasta el tamaño (la E Street Band) puede no importar. De nuevo, Bruce tira millas por la carretera del trueno.

http://www.brucespringsteen.net/

El 1 de Junio, podemos disfrutar todos de él en Barcelona y el dia 2 en Madrid.

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